La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris tendrá el objetivo de controlar la crisis migratoria en la frontera con México, luego de que el presidente Joe Biden así se lo designara.
Harris asumirá esta desafiante responsabilidad en solitario, dejará atrás el papel testimonial que en ocasiones tiene la vicepresidencia para lidiar con uno de los principales problemas a los cuales EE.UU. se ha tenido que enfrentar desde los tiempos del presidente George W. Bush.
La vicepresidenta trabajará con las autoridades de México y de los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala). Este trabajo conjunto será para dar soluciones a las constantes olas migratorias que han provocado una crisis humanitaria y política en la frontera.
En abril se contabilizaron cien mil cuatrocientos cuarenta y un personas sin documentos que intentaron cruzar la frontera entre México y EE.UU, la cifra más alta desde el 2019. En febrero, las detenciones crecieron un 28% con respecto al mes anterior. En marzo se produjeron ciento setenta y dos mil trescientos treinta y tres detenciones de migrantes indocumentados.

Harris es la mejor calificada para enfrentar esta misión, según el propio Joe Biden, quien conoce bien los riesgo que conlleva esta difícil tarea ya que cuando él estuvo en el mismo cargo, el entonces mandatario, Barack Obama le delegó la responsabilidad de controlar la oleada migratoria.
Esta decisión es una doble estrategia política. Por un lado, Biden de 78 años necesita a alguien más joven que él, fuerte y de confianza para hacerse cargo de la encomienda más demandante que tiene el país, puesto que es una labor que requiere de un esfuerzo mayúsculo. Y, por otro lado, sirve para que, en caso de hacer un excelente trabajo, Kamala Harris consolide su figura dentro del electorado de cara a las elecciones del 2024.
No obstante, si la estrategia no resulta de acuerdo a lo esperado, Harris será el centro de todas las críticas. Su papel servirá para proteger del escrutinio público al presidente Biden.
La primera labor de Harris será la de modificar las políticas del gobierno anterior. Por ejemplo, la reconstrucción del sistema de asilo, desmantelada por Donald Trump. El expresidente cerró las instalaciones y expulsó a los niños a manos de traficantes de personas de ellas, como señaló Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional.
Por lo pronto, Harris le pidió trabajar conjuntamente para abordar las causas de la migración. También hizo alusión al combate contra la violencia y la corrupción al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante su reunión virtual del viernes.
Este primer acercamiento, bastante diplomático, fue bien recibido por AMLO. Está dispuesto a cooperar con Washington en este asunto. Sobre todo porque considera que así el vecino del norte lo dejará con la libertad de realizar su políticas internas, ya que como él expresó “necesitamos entendernos y evitar pelear”.

Harris le habló bonito a al gobernante mexicano. Le dijo que juntos podrán avanzar y podrán crear y construir un sentido de hogar para la gente del Triángulo Norte. Esto, para que este ceda a las pretensiones de Estados Unidos, en algo que resulta común, propio de la adulación política.
Trabajar bilateral como multilateralmente resultará fundamental. Aunque el principal interesado y el que mayor sacrificios realice sea EE.UU. Washington ha decidido impulsar un plan de cuatro años para invertir hasta cuatro mil millones de dólares en la región.
Seguramente, por lo menos en el caso de México, la Casa Blanca apoyará varios de los programas de López Obrador. Por ejemplo, la extensión a Centroamérica del proyecto Sembrando Vida. Proyecto que consiste en sembrar tres millones de hectáreas con lo cual el gobierno mexicano supone que se generarían mil trescientos millones de empleos, con la finalidad de que se fortalezca el compromiso entre ambas naciones.
Con El Salvador, Honduras y Guatemala las relaciones pueden ser diferentes. Sobre todo con el primero, luego de que el país de las barras y las estrellas expresara su preocupación por la destitución de los cinco magistrados de la Sala Constitucional de la Suprema Corte de Justicia con lo que se anuló la separación de poderes y logró poder absoluto el presidente Nayib Bukele.
Kamala Harris realizará su primer viaje fuera de EE.UU. a México y Guatemala del 7 al 8 de junio.