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EE.UU. y los conflictos armados en Centroamérica

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Dos rivales. Dos bloques. Dos enemigos. Dos ideologías. Estados Unidos y la URSS provocaron la mayor polarización del mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Lo cual trajo una serie de conflictos armados que hicieron que el mundo se dividiera por la mitad en función del ideario político y económico que cada país tuviese.

Comunismo y capitalismo dieron la vuelta al planeta provocando el alineamiento de gran parte de países hacia un bando u otro modificando. De esta manera, el tablero de juego internacional. La geopolítica jugó un papel determinante. Y, por razones obvias, los territorios más próximos a los dos colosos internacionales más importantes de la época. Por el lado americano estaba Latinoamérica, y por el lado soviético, Europa del Este. Estas, fueron regiones que sufrieron una fuerte intervención militar en nombre de una de las dos banderas ideológicas ya mencionadas. De hecho, incluso en la actualidad se pueden observar casos en donde la influencia que tienen estos dos países en territorios cercanos es visiblemente fuerte.

A pesar de la idea que persiste a día de hoy que relaciona la Guerra Fría con una falta de enfrentamiento directo entre estas dos potencias, es importante mencionar que durante los casi 45 años que duraron las tensiones, se produjeron alrededor de 8 millones de muertos en los distintos lugares donde se materializaron las diferencias. Véase el caso de la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la guerra de Afganistán, la guerra civil griega, guerra civil en el Líbano y Angola o los conflictos armados en El Salvador y Guatemala.

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Bandera de la URSS y de EE.UU. | Muy historia

Además, durante la segunda mitad del siglo XX, se pueden incluir los apoyos militares de Estados Unidos en diversos lugares de América Latina como Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Chile, Granada o Haití.

El objetivo o la justificación estadounidense, en un contexto beligerante, era garantizar que el comunismo no se expandiera a través de las fronteras latinoamericanas. Y, por supuesto, que no pudiese suponer una amenaza para la seguridad del pueblo americano.

Desde la Doctrina Monroe del siglo XIX, que ‘combatía’ cualquier intento europeo de dominio en América, pasando por el siglo XX y la intrusión estadounidense en América Latina hasta llegar a la actualidad donde la dependencia de países latinos con EE.UU. es enorme, se observa que la famosa frase de Porfirio Díaz refiriéndose a México se puede extrapolar al resto de Hispanoamérica: “Tan lejos de Dios, pero tan cerca de Estados Unidos.”

Como se ha mencionado, han existido varios casos en los que Estados Unidos ha intervenido de una manera u otra para tratar de modificar el rumbo político de varias naciones latinoamericanas.

Este escrito versará sobre el caso concreto de Guatemala y El Salvador por ser de los ejemplos más emblemáticos. Además, muestran cómo la potencia americana y su poder militar fueron determinantes en el futuro político, económico y social de estos territorios.

ee.uu. y los conflictos armados en Centroamérica: Guatemala

Para entender el contexto en el que se desarrolló la injerencia americana en Guatemala en la segunda mitad del siglo XX, es crucial hablar del peso que tenía una de las empresas más importantes del país. La United Fruit Company (UFCo)Esta multinacional americana, que producía y comercializaba esencialmente banano, estaba presente en gran parte del territorio centroamericano y el Caribe. Pero con especial relevancia en Guatemala. Un país que a mitad de siglo tenía una población rural mucho mayor que la que existía en la ciudad. Una tasa de analfabetismo del 37%. Una incidencia de la pobreza del 65%, donde la esperanza de vida se situaba entre los años 1950 y 1970 en torno a 50 años. 

La UFCo comenzó a ganar poder en el país centroamericano mediante la concesión de terrenos que el gobierno guatemalteco entregó a la empresa. Como concesión se entiende la acción que sucede “cuando el particular que ejecuta la obra, la explota para recuperar los gastos y obtener ganancias y luego la devuelve al estado en un tiempo estipulado.” También se efectuaron algunas compras de territorio en Guatemala para, precisamente, aumentar el nivel de producción y, de esta forma, acaparar el mercado de frutas en la región.

Desde 1900 hasta 1944, no se impuso ningún tipo de restricción a la UFCo. Por lo que llegó a monopolizar el 40% del terreno cultivable del país. Estos privilegios comenzaron a cambiar en el momento que llegó a la presidencia de la República Juan José Arévalo. Después de la conocida Revolución de Octubre que llevó a que el país celebrara las primeras elecciones democráticas de los últimos años. Puesto que Guatemala había sufrido un inicio del siglo XX lleno de sistemas dictatoriales. 

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Durante los seis años que ostentó el cargo de presidente, Arévalo optó por promulgar una reforma política, social y económica. Estas medidas se implantaron para mejorar las condiciones de vida en las que la sociedad guatemalteca llevaba viviendo muchos años. Fueron estas modificaciones las que empujaron a las altas esferas de la sociedad guatemalteca a poner los focos sobre este político que se calificaba como ‘socialista espiritual’.

Mientras que Arévalo pudo completar su mandato de seis años, su sucesor en el puesto de presidente —Jacobo Arbenz Guzmán— un oficial militar reformista que asumió la presidencia en 1951, no tuvo tanta suerte. Al asumir el cargo, Arbenz inició un ambicioso programa de reforma fiscal progresiva, nuevos programas de bienestar social y un aumento de los salarios de la clase trabajadora. 

Para 1952 se produjo un cambio en su programa político. La administración de Arbenz expropió un gran número de acres no cultivados de tierras que pertenecían a la UFCo.  Esto, con el objetivo de que fueran cultivadas por el pueblo. La respuesta de la UFCo no tardó en llegar.

Mediante un esfuerzo masivo de propaganda dentro de EE.UU., reflejó al propio Arbenz y a su gobierno como una amenaza comunista dentro del continente americano. Como no podía ser de otra manera, Guatemala pasó de ser el territorio idóneo para el cultivo de frutas por parte de empresas estadounidenses a ser un área perfecta para la propagación del comunismo y la influencia de la Unión Soviética.

juan jose arevalo y jacobo arbenz
Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz

Como resultado, Eisenhower —presidente americano del momento — aprobó un plan en colaboración con la CIA para acabar con el régimen de Arbenz. El gobierno empleó exiliados guatemaltecos entrenados en los Estados Unidos. Además, la potencia del bloque capitalista inició una resolución en la Organización de los Estados Americanos (OEA). Esta declaraba que la dominación comunista de cualquier estado del hemisferio occidental era una amenaza para la seguridad de todos los Estados miembros. 

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Dwight D. Eisenhower que sirvió como el 34.º presidente de los Estados Unidos entre 1953 y 1961

Aunado a esto, los Estados Unidos cortaron de raíz toda la ayuda a Guatemala. Lo que suponía un golpe letal a la economía del país centroamericano. Los acontecimientos avanzaron rápidamente. Arbenz, convencido de que una campaña para derrocar a su gobierno estaba en marcha, se dirigió al bloque soviético en una búsqueda desesperada de armas. 

En mayo de 1954, un barco sueco con armas de fabricación checa llegó a Guatemala. Al mes siguiente, el coronel Castillo Armas —persona escogida por la CIA para liderar el país una vez terminara el golpe de Estado— y su pequeño contingente atacaron desde Honduras. Mientras, los aviones de EE.UU. bombardeaban la ciudad de Guatemala. Después de la huida de Arbenz, Guatemala gobernada por las armas hasta su asesinato en 1957, volvió a la ‘normalidad’. 

Las tierras de la UFCo fueron devueltas. Los críticos de izquierda fueron encarcelados. Y los gobernantes guatemaltecos siguieron siendo fieles partidarios de los Estados Unidos. Hasta el punto de que a principios de los años 60 Guatemala sería un campo de entrenamiento para otra fuerza de la CIA de exiliados latinoamericanos.

Toda esta intervención en Guatemala fue muy criticada por parte de las diferentes regiones del continente. Muchas naciones veían su soberanía fuertemente amenazada por los intereses económicos y políticos de los Estados Unidos. Y, como se verá a continuación, no fue la última vez que EE.UU. intervino de manera decisiva en el futuro de un país latinoamericano.

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Mural en la capital de Guatemala | AP

ee.uu. y los conflictos armados en Centroamérica: el salvador

Al igual que Guatemala, El Salvador ha sido una nación que ha tenido que lidiar durante muchas décadas con temas relacionados con la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidad y la violencia. A día de hoy, no parece que las cosas en este país de Centroamérica estén mejorando significativamente. Es justamente la precariedad del pueblo salvadoreño una de las causas que explican el estallido de la guerra civil. Misma que enfrentó al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador —grupo de organizaciones de carácter político-militar con ideología de izquierda— contra la Fuerza Armada de El Salvador —que representaba al gobierno castrense y dictatorial del momento— en 1980. 

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Guerrilleros del Frente Farabundo Martí de Liberación en un enfrentamiento con el Ejército, en San Salvador, en 1989 | Patrick Chauvel (SYGMA-CORBIS)

Sumado a la difícil situación en la que vivía la sociedad en el país, se pueden encontrar las causas del enfrentamiento remontándose al momento en el que El Salvador consiguió su independencia de España. Donde la inestabilidad política reflejada a través de las disputas entre liberales y conservadores, marcó el terreno político hasta el siglo XX. 

Es en la década de los años 30 cuando aparece en el país la característica común de los gobiernos latinoamericanos del siglo pasado: una dictadura. Los sucesivos dirigentes dictatoriales del país, ayudaron a crear el contexto perfecto para el inicio de un conflicto armado. Esto es, falta de libertad, represión por parte de las autoridades estatales ante cualquier levantamiento popular, aumento de las desigualdades y la pobreza, el creciente estrés provocado por la Guerra Fría o el fraude en elecciones denuncias por la ONU. Mismo organismo que data el conflicto militar de 1979 a 1991.

Un soldado herido es evacuado durante una operación militar cuando perseguían a las guerrillas del FMLN en Tenancingo, El Salvador, el 27 de septiembre de 1983 | Robert Nickelsberg. Getty Images

El hecho de que surgiera en El Salvador un movimiento revolucionario de izquierda que encarara directamente al régimen autoritario establecido, no fue bien recibido por la Casa Blanca. Quien se inmiscuyó de forma clara apoyando uno de los bandos enfrentados.

Para hacerse una idea del incremento de apoyo de EE.UU. en el conflicto salvadoreño, se puede hablar sobre la relevancia de este país en El Salvador. En la década de los 50 y 70 no había más que 16 agentes. Y el gasto militar en equipo y capacitación no superaba los 25 millones de dólares. Cifra que era incluso menor que en otros países de la región latinoamericana. 

Un soldado herido es evacuado durante una operación militar cuando perseguían a las guerrillas del FMLN en Tenancingo, El Salvador, el 27 de septiembre de 1983 | Robert Nickelsberg. Getty Images

Por razones obvias, todo cambia en el año 1982. Con Ronald Reagan como presidente estadounidense, la cantidad económica de ayuda al régimen pasó a ser de 84 millones de dólares. Incluyendo la venta, apoyo y créditos para la adquisición de equipamiento para el ejército de la Fuerza Armada. 

A esto se debe añadir la cooperación con el programa Fondos de Educación Militar y Entrenamiento Internacional (IMET). Que se enfocaba en capacitación de oficiales y la formación de Suboficiales del ejército gubernamental. En último lugar, se puede comentar que la ayuda máxima que recibió la administración de El Salvador por parte de EE.UU. ascendió a 206 millones de dólares a mediados de los 80. Una inversión cuantiosa dadas las dimensiones y características de un territorio como El Salvador.

La entrada de EE.UU. en la guerra civil fue determinante para que el conflicto perdurara 13 años. Puesto que las fuerzas del FMLN hubieran sido suficientes para finalizar el conflicto militar mucho antes. 

A pesar de la fuerte intervención americana en territorio salvadoreño, no se alcanzó la victoria en el bando de la Fuerza Armada, sino que se tuvieron que llegar a los Acuerdos de Paz de Chapultepec (México). Aquí la ONU supervisó las conversaciones y se aseguró de que el proceso de pacificación del país se llevara mediante el consenso de las partes involucradas.

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Soldados del Frente Farabundo Martí para la liberación nacional | OpenDemocracy

conclusiones

Es pertinente mencionar la extrema dificultad de afirmar que la situación actual que atraviesan estos dos países hispanohablantes es causada por intervención americana. En cambio, no se puede negar que la actuación de Estados Unidos en las guerras de estas naciones haya influido en su futuro. 

En el caso de El Salvador, parte de las armas vendidas por EE.UU. han sido utilizadas por una de las bandas criminales con más reputación del mundo: las maras. En el ejemplo guatemalteco, después de que los Estados Unidos aparecieran en el escenario, se reforzó la dependencia política y económica. Habiendo, por ejemplo, una dependencia comercial con un porcentaje muy elevado de Guatemala con la potencia del norte.

Por otro lado, se pueden apreciar diferencias en los modos de injerencia estadounidense en estos de países centroamericanos. En primer lugar, en Guatemala se produjo de manera mas sutil. Y, en cierto modo, más indirecta lo que pudo provocar una ‘solución’ del conflicto mucho más rápido que en el caso salvadoreño. Donde la intromisión fue más abrupta, se invirtió más dinero y fue bastante más violenta. Quizá estas características produjeron que la duración del conflicto se transformara en algo cruento y duradero.

pablo-perez-piñeiro

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