No es novedad que Rusia se encuentre en el ojo de la opinión pública debido a sus políticas bélicas relacionadas a su reciente conflicto con Ucrania. Por lo que, a partir de esta coyuntura, la mayor parte de los países del mundo, se han visto en la necesidad de posicionarse rechazando las decisiones que ha tomado Rusia frente a estos hechos. Prueba de ello ha sido que en los últimos meses, desde la Asamblea General de las Naciones Unidas, la mayor parte de los Estados miembros votaron en abril por la suspensión de dicho país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; como también, en octubre, gran parte de los países votó en rechazo de la ‘anexión ilegal’ de los territorios ucranianos de Donetsk, Jersón, Lugansk, y Zaporiyia a Rusia.
Queda claro que la actual política exterior rusa centrada en el belicismo se encuentra condenada por gran parte de países como consecuencia de los diversos tratados y compromisos internacionales que respaldan la soberanía territorial y los Derechos Humanos.
Sin embargo, existen naciones latinoamericanas que han tomado una postura en favor de Rusia: de ambas votaciones realizadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas en abril y octubre, Bolivia, Cuba y Nicaragua (coincidentemente, miembros del ALBA), fueron los países que mantuvieron el respaldo ruso, mientras que Venezuela no votó en ninguna. Asimismo, Brasil, El Salvador y México se abstuvieron solo en la asamblea de abril, mientras que Honduras solo se abstuvo en la asamblea de octubre.
Si bien es cierto que Latinoamérica se encuentra conformada por más países, el hecho de que Rusia encuentre aliados políticos al otro lado del mundo es un asombro para quien no ha seguido de cerca esta relación.

tan lejos pero a la vez tan cerca
El estrecho vínculo entre Rusia y un número considerable de países de América Latina, por no decir la región al completo, no es una cuestión reciente sino que se lleva décadas construyendo desde que Vladimir Putin asumiera la presidencia rusa en el 2000. Y esto, porque Rusia ha buscado establecer un orden multipolar que permita desafiar el cada vez más decaído sistema hegemónico estadounidense. Y esto, además, viene acompañado con una política exterior desde Washington catalogada como débil en temas con la región vecina, en la que para muchos, aún sigue siendo considerada como el “patio trasero” de EE.UU.
Entre Putin, presidente ruso entre los años 200-2007 y 2012 hasta la actualidad, y Dmitri Medvedev, quien gobernó entre 2007 y 2017, las visitas soviéticas a la región latinoamericana fueron de 51 en la que, el país que más lo recibió fue Cuba (11), seguido de Venezuela (6), después Nicaragua (4), estados reconocidos por sus polémicas relaciones con Estados Unidos a lo largo de la historia. Estos constantes encuentros con dichos países responden, con cierta y gran magnitud, a que Rusia presenta una agenda internacionalista no solo centrada en la promoción de la multipolaridad, sino también en el acercamiento a países en los que Washington no ha buscado limar asperezas.

apoyo militar y energético
Rusia no solo es un país que ha buscado consolidarse desde el uso del soft power, sino también desde sus recursos militares y energéticos. Por un lado, en cuanto a los recursos militares, el financiamiento de 5.000 millones de dólares para armas y equipos militares en Venezuela, y el caso de las maniobras militares entre Moscú y Caracas en 2008 en las costas venezolanas; la suscripción de un acuerdo para la asistencia técnica y desarrollo espaciales; la suscripción de acuerdos con Bolivia para la lucha antidrogas, en 2009; y el ofrecimiento de un crédito para la renovación de armamentos, o el convenio ruso-argentino, que existe desde 2006, que se ha centrado en explorar las industrias militares y en el mantenimiento de los aviones y helicópteros de Argentina.
En cuanto al aspecto energético, Rusia también ha sido un actor participativo en Latinoamérica, especialmente en lo relacionado al petróleo y al gas: la construcción de turbinas hidráulicas y generadores hidroeléctricos en Brasil y Argentina; la construcción de yacimientos de gas y petróleo en Venezuela, administradas por Gazprom y Zarubezhneft, respectivamente; o, el financiamiento del Gobierno ruso, de 2.3000 millones de dólares, para la industria metalúrgica y transportista en Cuba.
rusia para los agricultores latinoamericanos
El Kremlin también se ha hecho presente en los mercados latinoamericanos agrícolas exportando, según el BID, a partir de su informe de julio de 2022, fertilizantes a países como Honduras, que importa el 77% del total; Nicaragua, con 73%, y Perú, con 61%, siendo los países que más importan estos productos. También, el país europeo se encarga de exportar cereales (en Nicaragua, el 83% de cereales, viene de Rusia), incluso hierro y acero, siendo Costa Rica el que importa el 59% del total, seguido de Dominicana, con 43%.
Parte conjunta de estas relaciones entre los países latinoamericanos con Rusia, es que estos también cuentan con la oportunidad de poder exportar a Rusia productos como la carne porcina, la cual el 100% le corresponde a Paraguay; semillas de nabo y colza, que su cifra de exportación se encuentra en 91% y es enviado, también desde Paraguay; el níquel, que lo exporta Guatemala con un 81% de exportaciones; y, otros productos más, como la manteca, carne bovina, etc.
rusia en las comunicaciones latinoamericanas
Otro de los aspectos que es importante considerar en este vínculo ruso-latinoamericano, es que el país soviético también ha buscado tener presencia en los medios de comunicación de la región: la progresiva consolidación del canal televisivo Russia Today (conocido como RT); la agencia de noticias Sputnik; y Russia Beyond the Headlines, el cual supone un recurso informativo que expone las cuestiones culturales, políticas, empresariales y sociales que se vinculan con Rusia. Es importante resaltar que estos medios se encuentran relacionados, y hasta financiados, por el gobierno ruso.
Precisamente, el caso de RT, cuya forma de insertarse en la sociedad nacional de cada país necesita de una gran llegada para poder asentarse por un largo tiempo, es que ha tenido una gran aceptación. A finales de 2016, el canal ruso tuvo presencia en 327 proveedores de cable, en el que ofrecieron a RT como un canal aparte.
En cuanto al contenido de este canal, su objetivo principal, según su portal, es establecerse como una de las principales fuentes de información alternativas en Occidente, debido a que en muchas ocasiones evidencia temas que no son tomados en cuenta por los medios de comunicación de masas, por lo que ofrece “una perspectiva diferente sobre los acontecimientos mundiales”.

sputnik v y Latinoamérica ante la covid-19
La reciente pandemia también hizo que Rusia encontrara la forma de poder posicionarse como uno de los países más avanzados en el sector farmacéutico. Con la creación y consolidación de la vacuna Sputnik V, tuvo la oportunidad de poder incentivar aun más la relación con los países de Latinoamérica: se encuentra aprobada en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, y Venezuela. Sin embargo, según AS/COA Online, solo se encuentra contratada por ocho países en la región: Perú, con 40 millones de dosis; Argentina, con 20 millones, Venezuela, con 17 millones, Bolivia, con 5.2 millones; Panamá, con 3 millones; Honduras, con 4.2; Guatemala, con 8 millones: y, Paraguay, con 1 millón.
A pesar de que la cantidad de países, en proporción del total, no sea un gran número, la distribución misma hacia los países latinoamericanos y su aprobación en el resto, implica un gran acierto debido a la gran cifra de fallecidos que se registraron en los años 2020 y 2021.
y, ¿ahora con la guerra en ucrania?
Lo cierto es que la guerra entre Rusia y Ucrania, a pesar de que como latinoamericanos nos encontremos a miles de kilómetros, ha ocasionado tremendos efectos colaterales en la relación rusa-latinoamericana.
Primero, el conflicto internacional ha generado que los precios de los fertilizantes hayan aumentado, lo cual ha generado disrupciones y conflictos contra los gobiernos sudamericanos como lo fue en Perú y en Ecuador. El mismo efecto lo presentan los combustibles, debido a que, al igual que los fertilizantes, Rusia ha sido uno de los mayores proveedores de combustibles en el mundo.
Segundo, la guerra también ha hecho que la política exterior rusa se encuentre focalizada en la estrategia militar que se ha ido llevando a cabo en los últimos meses, lo cual ha dejado de lado los incentivos para volver a tomar las riendas y seguir con las visitas a América Latina. Esto puede presentar un aspecto negativo, principalmente para Rusia, puesto que debilita una política exterior que se encontraba, de alguna forma, más presente con los acercamientos entre los presidentes latinoamericanos y Putin.
Tercero, los medios de comunicación en Latinoamérica también han sido una forma de evidenciar el desencanto hacia Rusia: Twitter agregando una descripción, con algún grado de mensaje subliminal, en las cuentas que buscaban evidenciar alguna fake news que surgían; canales de TV, el más conocido en deportes ESPN, en el que colocaban banners relacionados a la invasión rusa o la cancelación de RT en diversos proveedores de canales.

rusia: ¿aliado de peso para Latinoamérica?
Hay que ser claros. Rusia no es el aliado principal económico, ni político, ni social para los países de América Latina. Es, al menos por ahora, muy poco probable que supere al Gran Dragón chino, cuyos objetivos en la región han sido más cercanos y los cuales se han podido evidenciar en su relación que mantiene con CELAC, puesto que en 2021 establecieron el Plan de Acción Conjunto de Cooperación en Áreas claves China. – CELAC. Incluso, EE.UU., que, a pesar del alicaído gobierno de Biden, ha tomado algún acercamiento con países como Venezuela donde, recientemente, se produjo una reunión con Nicolás Maduro, a quien lo habían sancionado congelando los bienes que se encontraban bajo jurisdicción estadounidense y prohibiendo a personas e instituciones de este país a realizar transacciones con el presidente de Venezuela.
Por el contrario, América Latina es una región clave para los intereses de la política exterior rusa porque, como ya lo he mencionado, ha presentando una gran intención de cuestionar el modelo unipolar americano, ya debilitado por las constantes crisis en las que no ha podido responder, pero que esto se ve alejado debido a la guerra que se viene dando con Ucrania.
Sin embargo, haber tenido un respaldo latinoamericano en la Asamblea General de la ONU, responde a que los intereses rusos han ido tomando forma en la región, pero que, definitivamente, le queda mucho por hacer para enfrentar, y superar, a su contraparte histórica.
