Comienza este nuevo año con una novedad reseñable en el territorio europeo y, concretamente, de gran importancia para los estados de la Unión Europea y del Espacio Schengen. Así es, el pasado 1 de enero de 2023 no solo se estrenaba un nuevo año, sino que también entraba en vigor la entrada de Croacia en el Espacio Schengen y, también, la adopción del euro como moneda de curso en este estado. Sin embargo, la entrada de Croacia en este espacio de libre tránsito no ha estado exenta de polémica, ya que a su vez se ha pospuesto la entrada de otros miembros con mayor antigüedad en la UE como son Rumanía y Bulgaria.
¿Qué es el espacio Schengen?
El Espacio Schengen debe su nombre al acuerdo firmado en el pueblo homónimo situado en el sureste de Luxemburgo, donde el 14 de junio del 1985 fue firmado por 5 países europeos: Países Bajos, Francia, Bélgica, Alemania y Luxemburgo. En este acuerdo de 1985 se planteaba de manera real la supresión parcial y controlada de las fronteras entre los países firmantes y un mayor énfasis en el control de las fronteras hacia el resto de los territorios. Más tarde, el 19 de junio de 1990, se firma el convenio para la aplicación de dicho acuerdo sentando las bases para los siguientes temas: eliminación de fronteras internas, expedición de visados similares y el desarrollo de una base de datos de los ciudadanos de los países miembros.
A pesar de haberse firmado en 1985, no se pone en práctica hasta 10 años más tarde. Concretamente, el 25 de marzo de 1995 varios países miembros del acuerdo establecen la eliminación de controles en las fronteras interiores. Este fue el caso de: Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Francia, Alemania, Bélgica y España. A partir de ese momento fue gradual la incorporación de nuevos miembros y la abolición de controles en fronteras interiores hasta llegar a la actualidad con el caso croata. Cabe destacar que el Espacio Schengen se basa en la abolición de controles en las fronteras interiores, como anteriormente hemos comentado, pero también en el libre tránsito de personas, bienes o servicios, entre otros. A su vez, se estipula sustentar unas normas comunes en lo que se refiere al control de las fronteras exteriores y, como punto de más importancia en lo que a este artículo se refiere, establecer una lucha común contra la delincuencia favoreciendo la cooperación en materia judicial y policial.

Veto Austroholandés
El pasado mes de diciembre los ministros del Interior de los países miembros de la Unión Europea daban su visto bueno a que Croacia se incorporasen al espacio de libre circulación de Europa. Este hecho congratulaba al Gobierno de Croacia al observar que el estado balcánico sumaría dos hitos históricos a su trayectoria como país: acuñar el euro como moneda oficial y entrar en el Espacio Schengen. Por otra parte, esta alegría croata en el seno de Europa se vio empañada por dos vetos a dos países candidatos a acceder al Espacio Schengen: Rumanía y Bulgaria.
Estos vetos de entrada a ambos países situados en Europa del Este tienen nombre: Austria y Países Bajos. Así es, Croacia recibía el voto a favor de los 27 países que conforman la UE, pero Austria en un principio y luego Países Bajos han mostrado su rechazo a la adhesión de los dos estados de Europa Oriental. Aunque cabe destacar que el posicionamiento en contra total lo ha liderado Austria, ya que Países Bajos estaba dispuesto a votar a favor de la entrada de Rumanía, aunque finalmente ambos han unido posiciones sobre esta polémica decisión.

Migraciones no, gracias
Dado que en estos momentos la presidencia del Consejo de la Unión Europea recae sobre República Checa, su ministro del Interior en representación del país centroeuropeo tuvo que asumir la difícil tarea de responder sobre la polémica acaecida. Su posicionamiento chocaba de lleno con las posiciones tomadas por Austria y Países Bajos, los cuales se escudaban en la supuesta afluencia masiva de movimientos migratorios hacia sus territorios. Mientras, la presidencia del Consejo de la Unión Europea reconocía de manera positiva los estándares que habían cumplido tanto Rumanía como Bulgaria. Estos estados habían tenido que realizar diversas acciones para que fuse factible su entrada en el Espacio Schengen.
A su vez, la comisaria del Interior de la UE también reconocía la voluntad de mejora que habían transmitido los países candidatos con sus acciones, se destacaba de esta manera que ambos países eran completamente elegibles para entrar a formar parte de este espacio de libre tránsito. Otros cargos de la Unión Europea alzaron la voz hacia lo que si sucedía sería una completa discriminación, el veto búlgaro y rumano. También con este posicionamiento unánime, por parte de la una holgada mayoría de los estados miembros, se trataba de dejar claro que pasar a formar parte del conocido como Espacio Schengen no implica eliminar los controles, más bien se trata de establecer un marco aún más sólido en el tránsito entre territorios y aportando una mayor calidad a dichos controles al dotarlos del marco que ofrece el Acuerdo de Schengen.

Cabe destacar que tanto Rumanía como Bulgaria, según fuentes de la UE, llevaban cumpliendo con los requisitos para entrar en el Espacio Schengen desde hace más de 10 años. A su vez, cuentan con el beneplácito de 25 de los 27 miembros, algo que genera un clima de cierta hostilidad entre los candidatos y los autores del veto. Debido a este resultado, la composición de espacio de libre tránsito Schengen quedaría formado por 27 países, de los cuales 23 son miembros de la Unión Europea y los otros cuatro no.
Fronteras, no para todos
La polémica suscitada alrededor de las acciones de veto establecidas por Austria y Países Bajos generan incertidumbre en la voluntad con la que surgió este espacio de libre tránsito. Ambos países ostentan un largo recorrido siendo miembros y en el caso neerlandés se trata de uno de los estados que firmaron primeramente el acuerdo al que nos referimos en el este artículo. Quizás aquella voluntad de una Europa unida y sin fronteras se esté tambaleando debido al deseo intrínseco de ciertos estados de regresar a ese período en el que no se hizo efectivo dicho acuerdo. Generar una imagen de vecindad y cooperación positiva que se ve truncada en el momento que los actores que no suscitan interés demuestran la misma validez que actores de nueva aparición. La voluntad de Europa es clara, la unidad, pero persisten las reticencias a otorgar el estatus adecuado a los países.
