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¿Entrará Ucrania en la OTAN?

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El pasado 30 de septiembre, después de que Rusia anunciara la anexión de los territorios conquistados a Ucrania, el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski solicitó formalmente que su país fuera miembro de la OTAN. En el vídeo emitido donde firma el documento oficial, Zelenski afirma que “de facto ya han alcanzado la OTAN y hoy Ucrania solicita hacerlo de jure” a través de un “procedimiento de adhesión urgente”. Sin embargo, a pesar de mantener un apoyo firme a Ucrania, el Consejero de Seguridad de Estados Unidos Jake Sullivan, así como el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, han enfriado esta posibilidad para, al menos, el corto plazo.

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El Presidente ucraniano Volodimir Zelesnki (centro) junto al Presidente del parlamento Ruslan Stefanchuk (Izquierda) y el Primer Ministro Denys Shmyhal (Derecha) durante el anuncio de la solicitud de adhesión a la OTAN | REUTERS

¿Por qué la Alianza se muestra tan precavida al incorporar a Ucrania a la OTAN a pesar del apoyo tan determinante que están brindando a los ucranianos en su guerra contra Rusia? Una serie de razones geopolíticas y requisitos formales hacen que la adhesión de Ucrania al pacto atlántico se antoje harto difícil.

La posición de los miembros de la OTAN y la defensiva colectiva

Los aliados de la OTAN están proporcionando a Ucrania, tanto a través de la organización como bilateralmente, ayuda militar, económica y de inteligencia que está desempeñando un papel clave en la guerra contra la invasión rusa y esto a pesar de que no es miembro de la Alianza. La OTAN se ha comprometido a que este ayuda no se detenga, sin embargo, la solicitud de ingreso en la organización fue recibida con cierta sorpresa por los líderes europeos y atlánticos afirmando que la prioridad actualmente es seguir apoyando a Ucrania.

Zelenski considera que su país está haciendo méritos más que suficientes para formar parte de la Alianza ya que cree que Ucrania no está defendiendo únicamente los intereses ucranianos, sino también los de la OTAN al plantar cara militarmente a una Rusia revisionista con el orden mundial actual. Un día después de la solicitud de adhesión exprés de Ucrania, nueve países de Europa Central y del Este miembros de la Alianza, encabezados por Polonia y las repúblicas bálticas, emitieron un comunicado conjunto apoyando la solicitud de Ucrania, aunque sin mencionar explícitamente plazo alguno. El apoyo de estos nueve estados miembro no es de extrañar ya que comparten preocupaciones similares ante posibles expansiones territoriales rusas. Esto se debe a su vecindad con Rusia, intervenciones militares pasadas durante los tiempos de la Unión Soviética que siguen muy presentes en su memoria colectiva y porque algunos de ellos mantienen notables minorías rusas en su territorio (Rusia justificó la invasión de Ucrania por el supuesto maltrato a la minoría rusa en Ucrania).

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El presidente Zelenski interviniendo por videoconferencia durante la pasada Cumbre de Madrid de la OTAN | Europa Press

No obstante, los miembros con más peso en la OTAN como Estados Unidos, sin cerrarle la puerta a Ucrania, sí que se muestran más precavidos a la hora de hablar de una cercana adhesión. Y la principal razón es que si Ucrania fuera miembro de la OTAN estaría en su derecho de activar el artículo 5 de la Alianza sobre la defensa colectiva. El artículo 5 establece que un ataque a un estado miembro es un ataque contra todos, de forma que todos deberían responder militarmente contra el estado agresor. Es decir, los treinta actuales miembros de la Alianza deberían entrar en guerra contra Rusia para proteger a Ucrania si ésta formara parte de la OTAN. Esto haría que el conflicto escalara exponencialmente; desembocaría en un conflicto directo entre Europa y Estados Unidos contra Rusia y muy posiblemente en una guerra nuclear al no ser capaz Rusia de plantar cara convencionalmente a la OTAN y ver su supervivencia amenazada.

En este sentido, el caso de Ucrania no es particular. Por los mismos motivos, el procedimiento de adhesión a la OTAN de Georgia no avanza ni avanzará mientras se mantenga el conflicto congelado por Abjasia y Osetia del Sur, dos regiones georgianas que se declararon independientes tras la intervención militar rusa de 2008 en el país.

Un conflicto armado abierto con Rusia es un escenario que, por supuesto, se quiere evitar a toda costa por todos los riesgos que conlleva para la OTAN. Mantener el apoyo a Ucrania sin que forme parte de la Alianza se sigue considerando la forma más segura de proceder para evitar una escalada en la guerra y que además está mostrando buenos resultados a la vez que siendo decisivo a favor de Ucrania. Al mismo tiempo, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, advirtió ante el posible uso de armas nucleares rusas en Ucrania afirmando que “cualquier uso de armas nucleares es absolutamente inaceptable…Rusia debe saber que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar…sería una escalada que va más allá de Ucrania”. Por tanto, la Alianza no sólo está proporcionando ayuda militar y económica a Ucrania, sino que también le proporciona incluso garantías sobre su seguridad en caso de una escalada nuclear sin que esta sea miembro de la OTAN.

las dificultades del proceso de adhesión

El contexto geopolítico actual no es la única piedra en el camino de Ucrania, también lo son los propios requisitos formales del procedimiento junto con la necesaria unanimidad de los 30 miembros de la Alianza para aprobar una nueva incorporación.

En primer lugar, hay que aclarar que, a pesar de las reclamaciones de Zelenski, no existe un “procedimiento de adhesión urgente”. Existe un único procedimiento de adhesión ordinario por el cual el estado solicitante tiene que cumplir primero unos requisitos políticos, económicos y militares; que son, unos estándares democráticos mínimos, poseer una economía de mercado y compatibilidad con los modelos militares de la OTAN. Además, se trata de un procedimiento largo y sin unos tiempos específicos marcados.

A pesar de que los Aliados alcanzaron el compromiso en la Cumbre de Bucarest de 2008 de que Ucrania formaría parte de la Alianza una vez esta lo solicitase y cumpliera todos los requisitos, el principal problema siempre ha sido que Ucrania no alcanza los estándares democráticos requeridos debido a la prevaleciente corrupción política, procedimientos electorales irregulares y a la falta de progresos en sus reformas legales.

Si Ucrania fuera capaz de cumplir plenamente con el criterio de adhesión, le quedaría enfrentarse al escollo de la unanimidad de los 30 miembros. No hay que olvidar que la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, dos países que cumplen de sobra los requerimientos para ser miembros, aún no se ha consumado debido al veto de Turquía y las demandas que Ankara mantiene frente a los dos países nórdicos. Además, el parlamento húngaro está pendiente de ratificar el acuerdo de adhesión de Suecia y Finlandia que se espera que llegue para mediados de diciembre.

Aunque Ucrania ha conseguido el apoyo inicial de nueve estados miembro, es más que probable que se encuentre con serios problemas para que todos los miembros lo hagan. Bulgaria declinó unirse a la declaración conjunta de los nueve estados miembro alegando discrepancias con la redacción del comunicado y con la urgencia de incorporar Ucrania a la OTAN. Por otro lado, Hungría mantiene una larga disputa con el gobierno ucraniano por el trato que recibe la minoría húngara que habita en el Óblast de Transcarpacia y le acusan de vulnerar los derechos de los húngaros étnicos. Mientras que la posición de miembros con más peso en la Alianza como Francia y Alemania sigue sin estar clara ya que no se han pronunciado oficialmente acerca del anuncio de Zelesnki. Sin embargo, Alemania y Francia ya se opusieron a una incorporación de Ucrania en 2008 y antes del inicio de la invasión rusa el Canciller Olaf Scholz afirmó que la incorporación de Ucrania “no estaba en la agenda”, aunque lo expresó en un contexto de evitar, estérilmente, acciones militares rusas contra Ucrania bajo este pretexto.

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El Canciller alemán Olaf Scholz (izquierda) junto a Zelenski y el Presidente francés Emmanuel Macron (derecha) durante su visita conjunta a Ucrania el pasado 15 de junio | REUTERS

¿Hay futuro para Ucrania en la Alianza Atlántica?

Parece claro que Ucrania no entrará en la OTAN al menos hasta que se resuelva el conflicto con Rusia y recupere la soberanía de todos sus territorios ocupados, ya que si no la OTAN se vería arrastrada a una guerra abierta contra Rusia. Esto no significa que la ayuda atlántica a Ucrania se vaya a detener. La OTAN se ha comprometido a apoyar a Ucrania sin que tenga que ser siquiera miembro de la Alianza. Sin embargo, Ucrania tendrá que esperar bastante tiempo hasta que tenga opciones reales de ser un miembro atlántico y cumplir con todos los requisitos para alcanzar la unanimidad de los miembros.

De todas formas, la solicitud de adhesión ya es de por sí una declaración de intenciones por parte de Zelenski. Rusia había afirmado que una de sus condiciones para poner fin al conflicto sería que Ucrania aceptase ser un estado neutral y que las regiones ocupadas sean reconocidas como rusas. La solicitud deja claro que Ucrania no contempla tales condiciones maximalistas, que recuperar su integridad territorial es un requisito indispensable y que, si la OTAN representa el mayor peligro para Rusia y es la única forma de garantizar su seguridad, Ucrania deberá formar parte de la Alianza Atlántica.

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