Somalilandia se ubica en el cuerno de África, al norte de Somalia – Estado del que oficialmente forma parte -. Se trata de una nación africana de carácter independiente que tiene su propia constitución, moneda, pasaporte y ejército pero que no goza de reconocimiento por parte de la comunidad internacional, ya que se considera a la región como parte de la República Federal de Somalia. En pocas palabras, cuenta con los elementos que definen a un Estado: territorio, Gobierno y población, pero no reconocimiento internacional.
Sin embargo, a mediados de 1960 fue un estado independiente que gozó de reconocimiento internacional por parte de 35 estados, pero, en junio del mismo año, se unificó con la reciente Somalia emancipada bajo el nombre de República Somalí.

La convivencia pacífica poco duró, ya que el General Siad Barre tomó el poder en 1969 mediante un golpe de estado y arremetió contra la oposición del norte. Aunque en enero de 1991, el régimen del sureño fue derrotado por una coalición de diversos grupos paramilitares y milicias que una vez que consiguieron derrocar al gobierno, se dividieron, iniciando una guerra civil que afectó la región central y sur del país. Sumado a lo anterior, estos grupos aprovecharon el contexto de incertidumbre y la falta de un gobierno estable.
En este sentido, el pueblo de Somalilandia, dominado en su mayoría por el clan Isaaq luego de romper lazos con el sur, el 18 de mayo del mismo año, reafirmó su soberanía al decidir dejar de formar parte de la Unión de la antigua República Democrática de Somalia. Mientras que al nordeste, el clan Daarood creó la región semiautónoma de Puntland.
Por otro lado, tanto Puntland como Somalilandia consiguieron mantener una cierta estabilidad puesto que la estructura de clanes goza de homogeneidad, lo cual, aminora la aparición de conflictos.

Ahora bien, Somalilandia nació en un contexto de desintegración estatal y de incidentes entre los clanes. Empero, esto no evitó la configuración de un gobierno que ha evidenciado ser aceptable y representativo de los somalilandeses.
Así pues, la región posee un sistema de gobierno que combina instituciones modernas con elementos tradicionales, lo cual ha sido fundamental para garantizar la legitimidad y la efectividad del gobierno. Además, desde 2003 celebra comicios libres bajo un procedimiento alabado por organizaciones internacionales, como por ejemplo, la Unión Europea.
Este contexto de relativa seguridad y paz previene la piratería y el ingreso de grupos yihadistas como Al Shabab. Sin embargo, las leyes de Somalilandia se rigen por la sharia y el gobierno limita la libertad de expresión de periodistas y opositores.

Además, si bien el ministro del interior aceptó que la falta de reconocimiento internacional y la amenaza constante a la seguridad han forzado al gobierno a destinar un 60% del presupuesto para temas referentes a la seguridad, las milicias islamistas de Al Shabaab en 2007 lanzaron su campaña de terror en Somalia por lo que el gobierno de Hargeysa decidió centrar todos sus esfuerzos en impedir la extensión de estos grupos a sus fronteras.
No obstante, las disputas territoriales con Puntland suponen uno de los conflictos fundamentales por cuestiones territoriales en las que Somalilandia está involucrada. Además, el gobierno de Somalia se niega a reconocer a Somalilandia como un estado independiente, argumentando que ello es una clara violación de su soberanía nacional.
Cabe destacar que la Unión Africana juega un papel fundamental en estos conflictos debido a que es el principal sostén del gobierno de Somalia. Esto, debido al temor generalizado de muchos de los gobiernos pertenecientes a esta unión a que una independencia de esta región provoque un efecto dominó en otros territorios del continente.
Actualidad
En la actualidad, Somalilandia se encuentra inmersa en una crisis política debido a que su presidente, Muse Bihi Abdi decidió extender su mandato, el cual debería de haber terminado en noviembre de 2022, luego de un período de dos años. Asimismo, el mandatario decidió anular la celebración de los comicios regionales.
Ahora bien, lejos de avanzar hacia una convivencia pacífica entre las regiones, la relación se pone cada día más turbulenta. El 6 de febrero estallaron los enfrentamientos entre el Ejército regional de Somalilandia con grupos armados antigubernamentales en la ciudad de Las Anod, dejando un saldo de 210 personas fallecidas. Además, Abdirahin Ali, alcalde de Las Anod, capital de la región de Sool, declaró que al menos 680 personas resultaron gravemente heridas por los combates. Por su parte, el Ministerio de Información de Somalilandia manifestó que el ataque fue iniciado por parte de grupos terroristas armados contra las bases de su ejército y la sede de sus ministerios en la ciudad.
Sumado a esto, la región africana se encuentra atravesando una gran crisis migratoria. En lo que va del mes de febrero, más de 83000 refugiados han llegado a la región somalí (este) de Etiopía a causa de los combates. Asimismo, el contexto de violencia obligó a más de 185.000 personas a escapar de sus viviendas en la ciudad de Las Anod según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Sin embargo, las jurisdicciones donde se están asentando los refugiados – Gelhamur, Danod y Boh -, una de las más remotas de Etiopía, cuenta con un reducido número de agencias humanitarias y es una zona muy vulnerable debido a la crisis climática que deviene en malas cosechas y sequías frecuentes (ACNUR).
Palabras finales
En conclusión, el futuro de Somalilandia depende en gran medida de la guerra civil que desgarra al pueblo somalí desde hace 30 años. Cabe destacar que si Somalia logra la paz, tendrá menos motivos para reconocer la independencia que reclama la nación africana. Sin embargo, la lucha independentista no cesará si los somalíes siguen sumergidos en el caos.
Por otro lado, según a mi entender, Somalilandia es una nación que más allá de que no ha recibido gran apoyo por parte de la comunidad internacional ha logrado erigirse como un territorio que redujo los niveles de violencia, tanto política como religiosa logrando un clima de paz y estabilidad gracias a la lucha contra el terrorismo, extremismo y piratería además de que ha logrado disminuir los niveles de piratería – gran problema de Somalia -.
En definitiva, la comunidad internacional y más específicamente la Unión Africana deberán repensar la cuestión de la autodeterminación con el objetivo de dar al pueblo de Somalilandia la oportunidad que merece para participar en las relaciones internacionales. Pero, para llegar a este punto, numerosas organizaciones internacionales y estados poderosos deberían dejar a un lado sus propios intereses para unirse como un todo a nivel internacional.
