El Sáhara Occidental es un territorio situado al noroeste del continente africano, que comparte fronteras con Marruecos, Argelia y Mauritania, y que a día de hoy sigue siendo uno de los mayores retos para la efectividad del derecho internacional y para las organizaciones internacionales. Además, es reconocido como uno de los 17 territorios no autónomos o proceso de descolonización, recogido en el Capítulo XI de la Carta de las Naciones Unidas y gestionado por el Comité de Descolonización o C-24.
El territorio en cuestión, desde la colonización de España en 1884, ha estado en el punto de mira de diferentes naciones, no solo por su posición estratégica en el continente africano, sino por sus recursos naturales. Entre ellos encontramos amplias superficies de explotaciones de fosfato y la existencia de una gran cantidad de zona de pesca en la zona atlántica, con variedad de especies, viables para establecer un comercio internacional fructífero y con posibilidades de aumentar la riqueza de la zona.

El conflicto que nos acontece se origina pocos años después de la Segunda Guerra Mundial, en pleno estallido de la “Guerra Fría”, y tras la creación de las NN. UU. y un sentimiento global de erradicar de forma completa la época del colonialismo, basándose en los principios de autodeterminación, libertad y soberanía.
La pugna por el territorio se inicia con la independencia de Marruecos el 2 de marzo de 1956, y el surgimiento de una idea de liberación, que poco a poco alcanzaría metas trasfronterizas con el objetivo eliminar todo tipo de protectorado existente en la zona, y la recuperación de los que se conoce como el “Gran Marruecos”, apodado así por cuyo primer rey, Mohamed V.
Durante finales del año 1957, daría lugar una de las últimas guerras de España en el territorio, la conocida como Guerra de Sidi Ifni, que supuso una derrota crítica para los españoles. Este suceso, junto a la Unión del Estado a las NN. UU, hizo que esta, el 7 de noviembre de 1960, declarara que estaba dispuesta a entregar a dicha organización, toda la información sobre los territorios no autónomos en virtud del artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas.
Esta medida daría como resultado, la asunción del Sáhara Occidental por parte del Gobierno español como una más de sus comunidades autónomas, que sería tratada bajo todos los aspectos como tal. Podemos ver aplicada esta decisión, ya que se han encontrado documentos de identidad y documentos de autorización para realizar acciones como la pesca y el pastoreo a nombre de ciudadanos saharauis.
En ese mismo año, aparecería la primera resolución que afectaría al hecho de la descolonización, usado como principal arma contra el colonialismo y a favor de la libre determinación de los Estados. Esta fue la Resolución 1514, que fue, junto a la Carta de las Naciones Unidas, una de las bases para intentar conseguir la descolonización del Sáhara Occidental, junto a todos los territorios considerados colonias.
Esta resolución sería conocida, de forma más coloquial, como Carta Magna de la Descolonización, remarcando en su contenido que problemas importantes como la subyugación, la dominación y explotaciones extranjeras, eran contrarias a los principios de las Naciones Unidas y comprometían la paz.
Tras el análisis de la precedente resolución, (1514 (XV) 14 diciembre 1960) y la anterior valoración de los previos informes que desarrolló el Comité Especial (que versan sobre la cuestión de independencia y autodeterminación de los territorios coloniales del Sáhara Occidental y el protectorado de Ifni, situado en territorio marroquí) se hizo efectiva la Resolución 2072, con el fin de cumplir una serie de pautas relativas a los principios de la Organización de Naciones y de la eliminación de los territorios coloniales, enfocado en la transición hacia la autodeterminación real.
En el año 1968, bajo una horda de tensiones y problemas territoriales en la zona de Marruecos y el Sáhara, se creó, de forma clandestina, la Organización Avanzada de Liberación Saharaui (OALS), formada en su primer momento para resolver los problemas de gestión y administración del territorio y que, poco después, derivaría en la cuna del sentimiento nacionalista saharaui.
El conglomerado de todo lo ocurrido hasta la fecha, la presencia de resoluciones tanto del CSNU como de las NN. UU, junto el apoyo de otros grupos nacionalistas que buscaban la liberación del Sáhara, dio lugar al pilar más importante y reconocido de lucha a favor de la libertad del Sáhara y los derechos de los saharauis incluso en la actualidad: Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Rio Oro, cuyas siglas son el Frente Polisario.
El 26 de octubre de 1975, Hassan II, rey de Marruecos, aprovechando la situación política que sufría España, cuyo dictador estaba gravemente enfermo y con el Príncipe Juan Carlos como Jefe de Estado en funciones, organizó lo que se conoció como la Marcha Verde. Esta consistió en atravesar la frontera del Sáhara occidental y hacerlo suyo de forma pacífica, con la premisa de independencia y libertad, y con un mero afán dilatador sobre el conflicto que acaecía.
Este problema fronterizo, las presiones de EEUU y Francia a la potencia administradora, un enfrentamiento armado por la Marcha marroquí, y la posibilidad de la expulsión española de las NN. UU, dieron como resultado los Pactos de Madrid o Pactos Tripartitos. En estos acuerdos, Juan Carlos de Borbón, como jefe de estado en funciones, firmó una cesión parcial del territorio a Marruecos y Mauritania, manteniendo algunas responsabilidades administrativas, que, poco después, se verían aminoradas.
España acababa de deshacerse de los territorios como medio de quitarse un problema, algo que las Naciones Unidas, con base a los principios del derecho internacional y de la Carta de las naciones Unidas, declaró que España no podía transferir un territorio como el Sáhara Occidental de esta forma y sin autorizaciones, haciendo nulos estos acuerdos.
En este momento inicia la travesía del pueblo saharaui a la zona sur de Argelia (Tinduf), la ocupación de territorios por parte de Marruecos, que hace que el pueblo saharaui y el Frente Polisario, después de verse fuertemente amenazado, el 27 de febrero de 1976, el Frente Polisario, creó la República Árabe Democrática Saharaui (RADS), a través de la Carta de Proclamación de Independencia del Pueblo Saharaui, conformando así, un Estado libre e independiente de corte unionista y progresista, en defesa de un pueblo mermado.

Desde las últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad, y tras la creación de este nuevo estado, el Sáhara Occidental y el Frente Polisario ha sido apoyado y reconocido por Estados como Argelia y Madagascar en un principio, llegando a ser reconocido en la actualidad por 82 estados y por la Unión Africana, comité más importante de dicho continente.
Uno de los datos más relevantes del conflicto, y que hemos mencionado al principio del texto, es que el Sáhara Occidental está reconocido como estado en proceso e descolonización, bajo la supervisión del reino de España, el cual se debe encargar encarecidamente de conseguir el objetivo en base a los principios de la Carta magna de descolonización.
Junto a ello, se han creado organismos y grupos como La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), creada mediante la resolución 690 /1991, más conocido como el Plan de Arreglo II, que tenía como fin establecer un referéndum de decisión de la población del estado saharaui, como fin de solución.
Esto se ha intentado en varias ocasiones por diferentes organismos, fracasando de forma clara. Se puede observar tanto en el Acuerdo Marco, como en los Planes Baker I y II que tenían como fin el alto al fuego y al fin del conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, apoyado por Argelia.
Como podemos observar tras lo mencionado, el Sáhara Occidental ha sido un territorio en el cual las presiones geopolíticas y los intereses nacionales de terceros países, han marcado su verdadera historia post-colonialista, llegando a generarse un verdadero conflicto bélico por el hecho de aprovecharse de forma ilegítima de los diferentes recursos y ventajas, primando la vulneración de diferentes derechos humanos y diversas resoluciones internacionales, frente al correcto desarrollo de una nación en proceso de “autodeterminación”.
De forma superficial, las NN. UU, han apoyado en todo momento la resolución de conflicto del pueblo saharaui, primero como el impulsor del proyecto de descolonización y luego como defensor de las libertades y derechos a la autodeterminación de los Estados. Pero hay que reconocer que existe prioridad en terminar con los conflictos bélicos y con las vulneraciones, por encima de que el pueblo saharaui se gestione como nación independiente y autosuficiente.
Esto nos llevaría a plantearnos la duda de si el Sáhara es en estado autónomo o no, ya que ¿quién es el representante del Sáhara para las NN. UU? Tras tanto fallos e ilegalidades de acuerdos y convenios, como el de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, las NN. UU sigue defendiendo la postura de que, al haber sido colonia española, y no haberse reconocido la autonomía del Sáhara en base a leyes internacionales y bajo ningún acuerdo, la potencia administradora, al menos de forma clasificatoria, la obligada de garantizar la descolonización real del Sáhara Occidental junto a la MINURSO.

En cuanto a los países involucrados, Argelia ha ayudado de diferentes formas al Frente Polisario, tanto con ayuda humanitaria, como de asilo y militar, lo que conlleva que todo aquello que posee la RASD, como lo que tiene el Frente Polisario, es gracias a este Estado.
Argelia cedió parte de sus territorios a los saharauis refugiados, dio instrucción militar, armamento, conocimientos de formas de gobierno, organización y básicamente toda la estructura que posee en estos momentos el Sáhara occidental. Desde esa perspectiva, es mucho más que un país que interviene en el conflicto de manera tangencial, se evidencia, por tanto, su claro posicionamiento a favor de la independencia del Sáhara.
Siempre ha existido un conflicto entre Marruecos y Argelia, desde la independencia de esta última en 1973. Argelia esperaba que, tras la independencia y descolonización de Francia, Marruecos iba a apoyar su libertad, mientras que la realidad fue el inicio de un conflicto bélico, que comenzaría con la llamada Guerra de las Arenas. Esto redunda en la idea del sueño del Gran Marruecos, ya que este incluye todo lo que puedan conquistar, y Argelia se ha visto obligada a defender con uñas y dientes sus lindes.
Esta unión entre el Frente Polisario y la RADS es también concebida como una forma de control de Marruecos por varios flancos, evitando que enfoque su presión militar solo hacia Argelia. Esta actividad, tenga muchos intereses o pocos Argelia, no deja de significar una ayuda humanitaria al pueblo saharaui y una posibilidad de conformarse como Estado y organizarse, en base a los principios de las NN. UU.
En base a esto, si analizamos la situación actual, encontramos de forma objetiva una ocupación, por parte de Marruecos, de un territorio en proceso de descolonización del cual sigue siendo España, en base al derecho internacional, la potencia administradora y responsable de su correcta independencia.
Las posiciones del problema van cambiando a lo largo del tiempo por parte de las naciones implicadas, como se observó el 18 de marzo de 2022, ya que España, ya sea por presiones internacionales o por crisis diplomáticas, declaró que Marruecos era la legítima poseedora del Sáhara Occidental, como si de una comunidad autónoma suya se tratase. Esta medida, del todo ilegal para las NN. UU, como ya lo fue en su día el Pacto Tripartito, se ha visto explicada por diferentes expertos de diversas maneras.
Una de las teorías más divulgadas, es la propia presión del gobierno de los Estados Unidos, que desde el mandato de Donald Trump lleva apoyando la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, en parte por fines comerciales de los recursos que posee el Sáhara, como por una de afinidad internacional entre Estados, que lleva vigente desde la Guerra Fría.
Marruecos continuamente se respalda y pide apoyo a países como EEUU, con la argumentación de que Argelia, en la Guerra Fría, estuvo muy unida a la URSS. Cierto es que estos lazos se terminaron rompiendo tras la caída de la URSS, pero esto no deja de ser un argumento para Marruecos, y su empeño en adueñarse del Sáhara Occidental.

A la hora de analizar el panorama internacional en la actualidad, podemos observar un caso bastante similar en cuanto a lo que ocupación de un territorio de forma ilegítima se refiere, el caso de Rusia y la situación del Donbass, Ucrania.
Hay ciertas trazas de similitud en diferentes procesos, como sería el caso de procesos referendarios por parte del país ocupante de forma ilegítima, el realizado por el presidente Putin en las zonas ocupadas del Donbass, y el realizado por Marruecos en forma de amaño utilizando población marroquí residente en los territorios ocupados.
Esta comparativa no deja de suscitar una cierta duda de “importancia”, más allá del papel que tienen todas las partes implicadas en el ámbito mundial. Por qué centrarse tanto en ciertos problemas que afectan a Occidente frente a los problemas que suceden en países fuera de Europa y Norteamérica.
Es inevitable realizar una comparativa de intereses de connotación clasista o racista, a la que no se le puede obviar cierta verdad. Sin embargo, si entramos al fondo del asunto, vemos que las consecuencias de las diferentes ocupaciones son totalmente diferentes, sobre todo, para los intereses de que países con poder en el ambiente geopolítico.
Vemos que, para organismos internacionales, en base a derecho, ambos conflictos tienen una importancia parecida, mientras que para los intereses de los países del primer mundo o con más poder, los intereses varían de forma notoria. No hay que olvidar que no dejan de ser los países los que conforman las organizaciones internacionales, y los que terminan decidiendo cómo se reacciona a las diferentes situaciones que se dan en el panorama internacional.

A corto plazo no se vislumbra ningún tipo de solución a este conflicto. Tras el análisis de la situación y el estudio del tema, la única forma de llegar a una solución de este problema pasaría por un acuerdo pacífico entre Marruecos y el Sáhara, suficientemente satisfactorio para ambos; lo que actualmente no parece factible.
En cuanto a la resolución de este conflicto, consideramos que también puede influir positivamente un mayor desarrollo y progreso económico de Marruecos y Argelia. Por otro lado, la RASD tampoco tiene actualmente capacidad para ser un Estado independiente sin supervisión.
De ello se deduce que la posibilidad más cercana de ejercer el principio de autodeterminación sería la de conformarse como un Estado Federal de Marruecos o un Estado asociado a Argelia, y no tanto la de un Estado independiente, dadas las carencias de carácter estructural de las que actualmente adolece.
Las decisiones de diferentes estados de forma particular no interfieren de forma notoria a la ilegalidad que en el conflicto encontramos. Ya que ya no solo hay una ocupación ilegal, sino una constante vulneración de derechos tanto humanos como de diferente índole, que afectan de forma clara al poder y la efectividad del Derecho Internacional y a su posibilidad de acción e influencia.
La autodeterminación es un derecho del Sáhara como Estado independiente y autosuficiente, aunque no se pueda ejecutar de forma inmediata debido a la falta de organización estructural, medios y capacidad económica. Durante los próximos años, es trabajo de los Organismos Internacionales crear una situación prolifera y correcta para este territorio, eliminando de la lista, a este y a todos los estados o territorios en proceso de descolonización.
